jueves, 27 de febrero de 2014

Envejecer es obligatorio, crecer es opcional ♥



En el primer día de facultad, el profesor se nos presento y nos desafió a que nosotros nos presentáramos a algún otro alumno que no conociéramos todavía. Yo permanecí de pie mirando a mí alrededor, cuando una mano calida y dulce se apoya sobre mi hombro. Al darme vuelta, veo una pequeña señora, con una sonrisa que iluminaba todo su ser. Ella me dijo: - Hola buen mozo.
Soy Rosa y tengo 87 años de edad. Te puedo dar un abrazo. Yo le respondí, con una voz de felicidad: Claro que puedes. Y ella me dio un gigantesco apretón.

¿Porque estas en la facultad a tan tierna e inocente edad?- pregunte. Y ella me respondió bromeando: Estoy aquí para encontrar un marido joven, con mucho dinero, casarme, tener algunos hijos y luego jubilarme y poder viajar a todos los lugares que en este momento no puedo ir. Estas bromeando- le dije. Tenía curiosidad por saber lo que la había motivado a entrar en ese desafió a su edad, y ella dijo: Siempre soñé con tener estudios universitarios, y ahora lo estoy haciendo, no quiero dejar un sueño sin cumplir.

Después de clases caminamos para un lugar de reunión de estudiantes y compartimos un “milkshake” de chocolate. Nos volvimos amigos instantáneamente. Todos los días en los próximos tres meses tendríamos clases juntos y hablaríamos sin parar.

Permanecí siempre extasiado escuchando aquella “maquina del tiempo” compartir su experiencia y sabiduría conmigo. En el transcurso del año, Rosa se volvió un icono en el campus universitario, y hacía amigos fácilmente, donde quiera que fuese.

Adoraba vestirse bien y gozaba con la atención que le daban los otros estudiantes. ¡Ella, verdaderamente, disfrutaba de la vida!
Al final del semestre invitamos a Rosa para hablar en nuestro banquete de fútbol, y jamás olvidare lo que ella nos enseño ese día, y desde que la conocí.

Fue presentada, y con una multitud de halagos, paso al frente a decir unas palabras. Al subirse al podio dejo caer al piso tres de las cinco hojas que había preparado para el discurso. Sin más esperas y sin levantar esas hojas que yacían en el piso, tomo el micrófono y dijo:

-         Discúlpenme, ¡estoy tan nerviosa! Deje de beber allá por pascua, y ese Whisky me esta matando. Nunca conseguiré colocar mis papeles en orden nuevamente, entonces permítanme hablarles sobre aquello que yo se.
-          
Existen algunos secretos para continuar jóvenes, felices y exitosos. Es necesario reír y encontrar el humor en cada día. Es necesario tener un sueño. Cuando se pierden los sueños, uno se muere. Hay tantas personas muertas y no se dan cuenta. Hay una enorme diferencia entre envejecer y crecer.

Si tienes 19 años y te quedas acostado en la cama, sin hacer nada productivo, llegaras a los 20 años. Si yo tengo 87 años y me quedo por un año sin hacer cosa alguna, llegare a los 88 años. Cualquier persona consigue envejecer. Eso no exige talento ni habilidad. La idea es crecer siempre encontrar opurtinades en las novedades. La idea es crecer encontrando oportunidades de cambiar. No tengas remordimientos. Los viejos generalmente no se arrepienten de aquello que hicieron, sino de aquellas cosas que dejaron de hacer. Las únicas personas que tienen miedo de la muerte son aquellas que tienen remordimientos.

Ella concluyo su discurso cantando alegremente “La rosa”. Nos desafió a cada uno de nosotros a estudiar poesía y practicarlas en nuestra vida diaria. Al finar del año Rosa termino el último año de la facultad que había comenzado tiempo atrás. Una semana después de su graduación, Rosa murió tranquilamente en su sueño.
Mas de 2000 alumnos de la facultad fueron a su funeral, en honor a la maravillosa mujer que soñó, y no dejo de soñar, y murió con la tranquilidad de haber cumplido su sueño, sin importar que no le halla servido de nada terminar la facultad, dejando el ejemplo de que nunca es demasiado tarde para hacer todo aquello que podemos probablemente hacer.

Si leíste esto con el corazón, estarás más sabio, pero, si en cambio, leíste esto con la mente, simplemente estarás más viejo.

" Los cuentos sirven para dormir a los niños y despertar a los mayores " 
MIL GRACIAS A TODOS POR ESTAR, ABRAZOTE LAURA 
(desconozco su autor, lo recibí por e-mail)


Canción de la rosa

Hay que cortar la rosa, pues de cualquier manera
se secará en la rama su adorable ornamento;
y, al renacer cien veces con cada primavera,
es cien veces más triste que la deshoje el viento.

Hay que cortar la rosa, pues siempre se termina
fugazmente su encanto para aquel que lo ama,
y al final sobrevive solamente la espina,
que es también lo primero que le nace a la rama.

Por eso, en esta angustia de andar hacia el olvido,
lúgrubes caminantes de la noche luctuosa,
para no lamentarnos del tiempo que se ha ido
hay que cerrar los ojos y hay que cortar la rosa...

José Ángel Buesa

2 comentarios:

AtHeNeA dijo...

Es una historia realmente preciosa en la que se conjugan muchas y variadas enseñanzas. La fundamental es que no podemos dejar que los años pasen por nosotros sin pena ni gloria, sin inquietudes y sueños malvivimos en un profundo letargo.
Me encantó!

Anónimo dijo...

Qué linda historia, y da para pensar, eh!!!


Cariños
PRINCESA ADORA
www.labandasigiotocando.blogspot.com