viernes, 25 de enero de 2008

CAMBIO DE RUMBO

El mar estaba muy picado hacía varios días. La visibilidad era muy precaria. El capitán del enorme acorazado recomendó a su tripulación permanecer alerta. - Por favor informe inmediatamente cualquier novedad. -ordenó con seguridad el capitán a su segundo-. Tan pronto oscureció uno de los marinos anunció: - Atención, una luz está brillando hacia el norte. - ¿Se está moviendo o está quieta? -preguntó el capitán. - ¡Se está moviendo! -respondió el segundo. El capitán llamó al encargado de las señales y le dijo: - Avísele a esa embarcación que si sigue en esa dirección está en grave riesgo de estrellarse contra nosotros. Aconséjele que vire 20 grados hacia el este. Como no hubo respuesta y la luz seguía acercándose el capitán decidió encargarse personalmente de la situación. - Atención, atención. Habla el capitán de este gran acorazado. Le advertimos una vez más, cambie de curso o nos estrellaremos contra ustedes. - Háganlo ahora. -insistió el capitán con firmeza-. Entonces una voz tranquila y segura le respondió: - Aquí habla el marinero Pérez. Acorazado, cambie usted su rumbo 20 grados hacia el este. Al oír esto el capitán, ya salido de casillas y casi gritando, dijo: - Por última vez marinero. Este es un barco de guerra, vire inmediatamente 20 grados hacia el este. Y la respuesta que recibió fue: - Yo soy el faro. Usted es el que debe cambiar de curso. A veces queremos que los demás cambien y hasta los amenazamos con estrellarnos. Es más fácil que tú cambies.
Tú diriges tu barco. Ve a donde tú quieras y como todo buen capitán, sé flexible en la forma de construir los caminos. Escucha lo que los demás tengan que decir.
Te puedes evitar una colisión

domingo, 20 de enero de 2008

EXPERIENCIA


La redacción que sigue fue escrita por un candidato en una

selección de personal en Volkswagen; la persona fue aceptada
y su texto está haciendo furor en Internet por su creatividad y
sensibilidad.
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"Ya hice cosquillas a mi hermana sólo para que dejara de
llorar, ya me quemé jugando con una vela, ya hice un globo
con el chicle y se me pegó en toda la cara, ya hablé con el
espejo, ya jugué a ser brujo. Ya quise ser astronauta, violinista,
mago, cazador y trapecista, ya me escondí atrás de la cortina y
dejé olvidados los pies afuera, ya corrí por el timbre del teléfono,
ya estuve bajo la ducha hasta hacerme pis.

Ya robé un beso, confundí los sentimientos, tomé un camino
errado y sigo andando en lo desconocido. Ya raspé el fondo de
la olla donde se cocinó la crema, ya me corté al afeitarme muy
apurado y lloré al escuchar determinada música en el ómnibus.
Ya traté de olvidar a algunas personas y descubrí que son las
más difíciles de olvidar.
Ya subí a escondidas a la azotea para agarrar estrellas, ya subía un árbol para robar fruta, ya me caí por una escalera. Ya hice
juramentos eternos, escribí el muro de la escuela y lloré sentado
solo en el piso del baño por algo que me pasaba, ya hui de mi
casa para siempre y volví al instante siguiente.
Ya corrí para no dejar a alguien llorando, ya quedé solo en
medio de mil personas sintiendo la falta de una sola. Ya vi
ponerse el sol y cambiar al rosado y al anaranjado, ya me tiré a
la piscina y no quise salir más, ya tomé whisky hasta sentir mis
labios dormidos, ya miré la ciudad desde arriba y ni aún así
encontré mi lugar.
Ya sentí miedo de la oscuridad, ya temblé por los nervios, ya
casi morí de amor y renací nuevamente para ver la sonrisa de
alguien especial, ya desperté en medio de la noche y sentí
miedo de levantarme.

Ya aposté a correr descalzo por la calle, grité de felicidad, robé
rosas en un enorme jardín, ya me enamoré y creí que era para
siempre, pero era un "para siempre" por la mitad.

Ya me acosté en el pasto hasta la madrugada y vi cambiar la
luna por el sol, ya lloré por ver amigos partir y luego descubrí
que llegaron otros nuevos y que la vida es un ir y venir
permanente.

Fueron tantas cosas que hice, tantos momentos fotografiados
por la lente de la emoción y guardados en ese baúl llamado
corazón.

Ahora un formulario me pregunta, me grita desde el papel:-"¿Cuál es su experiencia?"- Esa pregunta hizo eco en mi
cerebro, experiencia.... experiencia...
¿Será que cultivar
sonrisas es experiencia?

No, tal vez ellos no saben todavía ver los sueños.
Ahora me gustaría preguntarle al que redactó el formulario:


¿Experiencia?

¿Quién la tiene, si a cada momento todo se renueva?

SACO DE PLUMAS



Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado.
Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo:
"Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?", a lo que el hombre respondió: "Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una donde vayas".
El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas.
Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado", a lo que el sabio contestó: "Esa es la parte más fácil.
Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Sal a la calle y búscalas".
El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna.
Al volver, el hombre sabio le dijo:
"Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste".
"Cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón".
Desconozco su autor

sábado, 5 de enero de 2008

LA CREATIVIDAD



Hace años, un inspector visitó una escuela primaria. En su recorrida observó algo que le llamó poderosamente la atención, una maestra estaba atrincherada atrás de su escritorio, los alumnos hacían gran desorden; el cuadro era caótico.Decidió presentarse:- Permiso, soy el inspector de turno...¿algún problema?- Estoy abrumada señor, no se qué hacer con estos chicos... No tengo láminas, el Ministerio no me manda material didáctico, no tengo nada nuevo que mostrarles ni qué decirles...El inspector, que era un docente de alma, vio un corcho en el desordenado escritorio. Lo tomó y con aplomo se dirigió a los chicos:- ¿Qué es esto?- Un corcho señor... - gritaron los alumnos sorprendidos.- Bien, ¿De dónde sale el corcho?- De la botella señor. Lo coloca una máquina.., del alcornoque, de un árbol .... de la madera...- respondían animosos los niños.- ¿Y qué se puede hacer con madera?, - continuaba entusiasta el docente.- Sillas..., una mesa..., un barco...- Bien, tenemos un barco. ¿Quién lo dibuja? ¿Quién hace un mapa en el pizarrón y coloca el puerto más cercano para nuestro barquito? Escriban a qué provincia pertenece. ¿Y cuál es el otro puerto más cercano? ¿A qué país corresponde? ¿Qué poeta conocen que allí nació? ¿Qué produce esta región? ¿Alguien recuerda una canción de este lugar? - Y comenzó una tarea de geografía, de historia, de música, economía, literatura, religión, etc.La maestra quedó impresionada. Al terminar la clase le dijo conmovida: - Señor, nunca olvidaré lo que me enseñó hoy. Muchas Gracias.Pasó el tiempo. El inspector volvió a la escuela y buscó a la maestra. Estaba acurrucada atrás de su escritorio, los alumnos otra vez en total desorden...- Señorita...¿Qué pasó? ¿No se acuerda de mí?- Sí señor, ¡cómo olvidarme! Qué suerte que regresó. No encuentro el corcho. ¿Dónde lo dejó? ...Extraído de Cuentos para regalar a personas inteligentes. "La creatividad despierta el poder que duerme en nuestra imaginación; es osadía, aventura para descubrir y aprender de los cambios; es una respuesta hábil y no una impotencia explicada o reclamo por lo que nos falta.
Albert Einstein decía:
-"Es una locura seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes".-