martes, 18 de enero de 2011

CIRCULO 99

El círculo del 99

Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente muy feliz. Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey cantando y tarareando alegres canciones de juglares. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre. Un día el rey lo mandó a llamar. Paje -le dijo- ¿Cuál es el secreto?¿Qué secreto, Majestad?¿Cuál es el secreto de tu alegría? ¡No hay ningún secreto, Alteza!. No me mientas, paje. He mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una mentira.

No le miento, Alteza, no guardo ningún secreto. ¿Por qué está siempre alegre y feliz? ¿Por qué? Majestad, no tengo razones para estar triste. Amo a Dios sobre todo, su Alteza me honra permitiéndome atenderlo, tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados y además su Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos, ¿cómo no estar feliz? Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar, dijo el rey-. Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado!!!! Pero, Majestad, no hay otro secreto. Nada me gustaría más que complacerlo, pero no hay nada que yo esté ocultando...Vete, ¡Vete antes de que llame al verdugo!

El sirviente sonrió un poco asustado, hizo una reverencia y salió de la habitación. El rey estaba como loco. No consiguió explicarse cómo el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentándose de las sobras de los cortesanos. Cuando se calmó, llamó al más sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana. ¿Por qué él es feliz? Ah, Majestad, lo que sucede es que él está fuera del círculo..¿Fuera del círculo? Así es. ¿Y eso es lo que lo hace feliz? No Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz.

-A ver si entiendo, estar en el círculo te hace infeliz.
-Así es.
-¿Y cómo salió?
-Nunca entró
-¿Qué circulo es ese?
-El círculo del 99.
-Verdaderamente, no te entiendo nada.
-La única manera para que entendiera, sería mostrártelo en los hechos.
-¿Cómo?
-Haciendo entrar a tu paje en el círculo.
-Eso, obliguémoslo a entrar.
-No, Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el círculo.
-Entonces habrá que engañarlo.
-No hace falta, Su Majestad.
-Si le damos la oportunidad, él entrará solito, solito. Son pocos los hombres tan grandes que sean capaces de resistir.
-¿Pero él no se dará cuenta de que eso es su infelicidad?
-No, al contrario. Pensará que es su fortuna.
-Y después, cuando se sienta infeliz, ¿no podrá salir?
-Si podría, pero muy pocos hombres son capaces de lograrlo. Les llamamos "santos".
-Que esperas, hagamos la prueba.
-Majestad, ¿Está dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender la estructura del círculo?
-Sí
-Bien, esta noche te pasaré a buscar. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una más ni una menos. ¡99!
-¿Qué más? ¿Llevo los guardias por si acaso? Nada más que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche.
-Hasta la noche.

Así fue. Esa noche, el sabio pasó a buscar al rey. Juntos se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron junto a la casa del paje. Allí esperaron el alba. Cuando dentro de la casa se encendió la primera vela, el hombre sabio agarró la bolsa y le pinchó un papel que decía: “Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre. Disfrútalo y no cuentes a nadie cómo lo encontraste.”Luego ató la bolsa con el papel en la puerta del sirviente, golpeó y volvió a esconderse. Cuando el paje salió, el sabio y el rey espiaban desde atrás de unas matas lo que sucedía. El sirviente vio la bolsa, leyó el papel, agitó la bolsa y al escuchar el sonido metálico se estremeció, apretó la bolsa contra el pecho, miró hacia todos lados de la puerta, y se arrimaron a la ventana para ver la escena.

El sirviente había tirado todo lo que había sobre la mesa y dejado sólo la vela. Se había sentado y había vaciado el contenido de la bolsa sobre la mesa. Sus ojos no podían creer lo que veían, ¡Era una montaña de monedas de oro! Él, que nunca había tocado una de estas monedas, tenía hoy una montaña de ellas para él. El paje las tocaba y amontonaba, las acariciaba y hacía brillar la luz de la vela sobre ellas. Las juntaba y desparramaba, hacía pilas de monedas. Así, jugando y jugando empezó a hacer pilas de 10 monedas. Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco, seis y mientras sumaba 10, 20,30, 40, 50, 60 hasta que formó la última pila: 9 monedas !!!Su mirada recorrió la mesa primero, buscando una moneda más. Luego el piso y finalmente la bolsa.“No puede ser”, pensó. Puso la última pila al lado de las otras y confirmó que era más baja.¡Me robaron -gritó- me robaron, malditos!!Una vez más buscó en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas, vació sus bolsillos, corrió los muebles, pero no encontró lo que buscaba. Sobre la mesa, como burlándose de él, una montañita resplandeciente le recordaba que había 99 monedas de oro “sólo 99”. “99 monedas. Es mucho dinero”, pensó. Pero me falta una moneda. Noventa y nueve no es un número completo, pensaba- Cien es un número completo pero noventa y nueve, no.

El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara del paje ya no era la misma, estaba con el ceño fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible rictus, por el que se asomaban los dientes. El sirviente guardó las monedas en la bolsa y mirando para todos lados para ver si alguno de la casa lo veía, escondió la bolsa entre la leña. Luego tomó papel y pluma y se sentó a hacer cálculos. ¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda número cien?.Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta. Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla. Después quizás no necesitara trabajar más. Con cien monedas de oro, un hombre puede dejar de trabajar. Con cien monedas de oro un hombre es rico.

Con cien monedas se puede vivir tranquilo. Sacó el cálculo. Si trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía, en once o doce añosjuntaría lo necesario. “Doce años es mucho tiempo”, pensó. Quizás pudiera decirle a su esposa que buscara trabajo en el pueblo por un tiempo. Y él mismo, después de todo, él terminaba su tarea en palacio a las cinco de la tarde, podría trabajar hasta la noche y recibir alguna paga extra por ello. Sacó las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su esposa, en siete años reuniría el dinero. ¡¡¡Era demasiado tiempo!!! Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedaba de comidas todas las noches y venderlo por unas monedas. De hecho, cuanto menos comieran, más comida habría para vender.... vender.... Vender.... estaba haciendo calor. ¿Para qué tanta ropa de invierno?¿Para qué más de un par de zapatos? Era un sacrificio, pero en cuatro años de sacrificios llegaría a su moneda cien. El rey y el sabio, volvieron al palacio. El paje había entrado en el círculo del 99... Durante los siguientes meses, el sirviente siguió sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche. Una mañana, el paje entró a la alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando y amargado.¿Qué te pasa?- preguntó el rey de buen modo. Nada me pasa, nada me pasa.

Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo. Hago mi trabajo, ¿No? ¿Qué querría su Alteza, que fuera su bufón y su juglar también? No pasó mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente. No era agradable tener un paje del círculo del 99.

El siervo del rey no repudió directamente a Dios y a su familia por el dinero, pero si los relegó a un segundo plano. Suficiente para perderse. Quizás pensó que su amor al dinero era para el bien de su familia, pero no era verdad. La avaricia lo cegó.

Autor desconocido. Adaptado por el Padre Jordi Rivero - www.corazones.org

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"LOS CUENTOS SIRVEN PARA DORMIR A LOS NIÑOS Y DESPERTAR A LOS MAYORES"

LOS QUIERO MUCHO, MIL GRACIAS POR ESTAR ALLI !!!!

CARIÑOS LAURA CORNEJO

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Blogger ARCENDO dijo...

Genial. Me gustó mucho.., sobretodo el final ""LOS CUENTOS SIRVEN PARA DORMIR A LOS NIÑOS Y DESPERTAR A LOS MAYORES" ¡que gran verdad!
ABRAZOS.

19 de enero de 2011 06:11

Blogger El Ser Bohemio dijo...

Exelente cuento la verdad no lo conocía. Me mato la frase del final "Los cuentos sirven para dormir a los niños y despertar a los mayores". Te mando un beso y espero q estés bien

19 de enero de 2011 11:03

Blogger El Gaucho Santillán dijo...

Excelente relato.

No es mas rico quien mas tiene, sino quien menos necesita.

Un abrazo.

19 de enero de 2011 12:15

Blogger PRUNO Terra-Bruna dijo...

no conocia el cuento,
es bonito y cierto que los cuentos cuentos son para distraer al pequeño y en muchas ocasiones los mayores aprender
una frase muy acertada,
besitos mil para ti Laura

19 de enero de 2011 14:11


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Blogger La Gata Coqueta dijo...

Paso a visitarte personalmente para presentarte el regalo “Arte y pico” porque tu eres parte de esa gran familia de bloggers a la que me enorgullece pertenecer, percibiendo sin medida, la calidez fraternal que ha enlazado los pilares de nuestra comunicación.

Espera con ansia ser acogido en tus brazos desde este momento en Mis caricias del alma, dando por sentado que él lo sabe apreciar con profunda satisfacción...

Una sonrisa te entrego para que se sumerja en el interior de tu alma y se aúne a la tuya.

María del Carmen hoy y siempre!!

19 de enero de 2011 19:25

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Blogger Princesa115 dijo...

Me encantó el cuento y aquí se muestra que la avaricia rompe el saco. Tenemos que conformarnos con lo que tenemos y quizás haya otras cosas más valiosas que el dinero...amor, salud y mucha alegría.

Un abrazo

19 de enero de 2011 20:00

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Blogger Tita la mas bonita dijo...

Un cuento de esos que duermen niños y despiertan adultos como sabiamente dices tu!

Un Besito Marino

20 de enero de 2011 06:02

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Blogger ♥Alicia dijo...

Me gustó el cuento, especialmente por la moraleja que nos deja.
Gracias por compartirlo.
Un abrazote-

20 de enero de 2011 20:49

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Blogger PRUNO Terra Bruna dijo...

hola Laura !
en nuestra última entrada, al menos un regalo encontrarás para tí,
espero que sea de tu agrado, con tantos que tú nos has hecho, que menos que darte las gracias por tu amistad en forma algo especial
besitos

21 de enero de 2011 08:35

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Blogger Monja de Clausura Orden de Predicadores dijo...

Hola Laura, me alegro de haber venido, es un hermoso cuento y fíjate que casi todos no hemos fijado en la misma frase.
Que pases un maravilloso fin de semana
Un beso de mi ternura
Sor.Cecilia

22 de enero de 2011 19:24

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Blogger PRUNO Terra Bruna dijo...

hola Laura, gracias por tu visita, siempre es una alegria, mira en esta entrada que te paso hay unas rosas para ti, por tu amistad y tu cariño,
bendiciones amiga

http://rosamariblanco.blogspot.com/2011/01/me-llevas-contigo.html

24 de enero de 2011 10:22

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24 de enero de 2011 10:26

Blogger Fibonacci dijo...

Me ha encantado tu página y lo que he leido en ella...mis felicitaciones...un saludo

24 de enero de 2011 12:26

Blogger Princesa Adora dijo...

Me apenó que el cuento terminara así y que el Rey hubiera prácticamente contaminado la vida de este hombre y el hombre haberse dejado contaminar asi por el dinero.
Pero la lección es muy importante, gracias por compartirlo!!!!

Muchos cariños!!!

27 de enero de 2011 09:55

Blogger La Gata Coqueta dijo...

Apoyo sobre tu hombro la cabeza de albahaca y miel, para presenciar el color de tus letras que me permiten adivinar los sentidos de tu alma, bajo la bruma de cada párrafo, que hablan de ilusiones vividas a través de un tiempo.

Que me permiten desearte un fin de semana envuelto por la espuma de rosas blancas cuyo aroma de quimeras sea un presagio de buen descanso.

Un beso cubierto de sueños...

María del Carmen

27 de enero de 2011 17:00

13 comentarios:

ARCENDO dijo...

Genial. Me gustó mucho.., sobretodo el final ""LOS CUENTOS SIRVEN PARA DORMIR A LOS NIÑOS Y DESPERTAR A LOS MAYORES" ¡que gran verdad!
ABRAZOS.

Frases celebres dijo...

Exelente cuento la verdad no lo conocía. Me mato la frase del final "Los cuentos sirven para dormir a los niños y despertar a los mayores". Te mando un beso y espero q estés bien

El Gaucho Santillán dijo...

Excelente relato.

No es mas rico quien mas tiene, sino quien menos necesita.

Un abrazo.

Rosi dijo...

no conocia el cuento,
es bonito y cierto que los cuentos cuentos son para distraer al pequeño y en muchas ocasiones los mayores aprender
una frase muy acertada,
besitos mil para ti Laura

Princesa115 dijo...

Me encantó el cuento y aquí se muestra que la avaricia rompe el saco. Tenemos que conformarnos con lo que tenemos y quizás haya otras cosas más valiosas que el dinero...amor, salud y mucha alegría.

Un abrazo

Tita la mas bonita dijo...

Un cuento de esos que duermen niños y despiertan adultos como sabiamente dices tu!

Un Besito Marino

♥Alicia dijo...

Me gustó el cuento, especialmente por la moraleja que nos deja.
Gracias por compartirlo.
Un abrazote-

Rosi dijo...

hola Laura !
en nuestra última entrada, al menos un regalo encontrarás para tí,
espero que sea de tu agrado, con tantos que tú nos has hecho, que menos que darte las gracias por tu amistad en forma algo especial
besitos

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Hola Laura, me alegro de haber venido, es un hermoso cuento y fíjate que casi todos no hemos fijado en la misma frase.
Que pases un maravilloso fin de semana
Un beso de mi ternura
Sor.Cecilia

Rosi dijo...

hola Laura, gracias por tu visita, siempre es una alegria, mira en esta entrada que te paso hay unas rosas para ti, por tu amistad y tu cariño,
bendiciones amiga

http://rosamariblanco.blogspot.com/2011/01/me-llevas-contigo.html

miscyberamigos dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
FIBO dijo...

Me ha encantado tu página y lo que he leido en ella...mis felicitaciones...un saludo

Princesa Adora dijo...

Me apenó que el cuento terminara así y que el Rey hubiera prácticamente contaminado la vida de este hombre y el hombre haberse dejado contaminar asi por el dinero.
Pero la lección es muy importante, gracias por compartirlo!!!!

Muchos cariños!!!